Tu lugar seguro

Hay un lugar o lugares donde podemos sentir que todo irá bien, donde las penas casi se esfuman, donde el terreno es estable, donde los defectos son oportunidades y las cualidades admiradas. Es a ese refugio donde debemos acudir cuando el aire es denso y los ataques constantes, cuando vemos el ánimo y la sonrisa desvanecer, cuando nuestra luz comienza a opacarse y nuestra voluntad y entendimiento logran escabullirse súbitamente. Muchas veces encuentro ese lugar seguro en mí, es cuestión de aislarme para encontrar paz interior. Pero cuando no encuentro dicha fuerza, hay un lugar especial que me parece firme, sencillo y cálido; mi familia. En ellos encuentro el abrazo que resguarda, los consejos que me guían y las palabras de aliento que reconfortan.

Hay cosas de la vida y de las personas que me parecen totalmente extrañas y ajenas a mí, actitudes que no comprendo y sucesos que me abruman pero sé que cegarme ante la realidad no sirve de nada. Tratar de entender lo que parece no tener explicación es una tarea diaria. Quisiera ser empática y comprensiva, suena muy lindo pero llevarlo a cabo es toda una labor; en veces se encuentra uno en posición de ayudar otras en necesidad de ayuda. Humildad ante lo que no podemos controlar, paciencia para lo que queremos lograr, entereza para sobreponernos al dolor y respeto a todo aquello de lo que formamos parte. Valores sublimes que merecen esfuerzos sublimes.